martes, 26 de febrero de 2008



una mueca de tristeza exagerada, no para llorar sino para que me vean llorar, y una chançon francesa de les vieux temps; fingire que tengo cuarenta años y arrugare la frente en un gesto de recuerdo, amando, la calle mojada, Paris añorado aunque desconocido y un exceso de Cortazar en las ultimas horas. es martes y el doctor house querra seguramente llevar a cabo algun procedimiento ilegal a pesar de wilson, y pesaran tanto las sabanas mañana por la mañana, que llegare a pensar que soy realmente dependiente, asi rimado, todo lo dire sin tildes porque me he quedado sin tildes y al fin y al cabo parece que asi la mierda es mas suave y las palabras mas puras. seis y seis de la tarde, redundantes y esquivas, plomizas como las putas sabanas, otra vez los mismos versos Gioconda Belli, Miguel Hernandez y ya me aburro de no saber suspirar de otra manera. pasa de uno a otro entre risas, jugando, pasa por encima de la red y marca otro tanto al final de la frase y del texto. el balon tiene voluntad propia; un balon puntual. punto final. punto pelota.

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